Contacta para más información en info@go4avision.com

Y soñé con los Reyes Magos

Y soñé con los Reyes Magos
21 diciembre, 2022 Javier Canal Rojo

Hace un año tuve un sueño que me dejó sorprendido, pero también con una sensación de equilibrio y propósito interno. Pensé entonces en escribirlo y compartirlo, pero aún estaba digiriendo sus implicaciones, así que simplemente tomé algunas notas para no olvidar los detalles. Ahora, con más perspectiva y claridad, os lo comparto aquí en forma de agradecimiento y de felicitación navideña.

En aquel sueño aparecían tres sabios, cada uno de una etnia distinta, vestidos para viaje y acompañados de ayudantes, monturas, mochilas y tiendas. Era de esos viajes que no sabes cuánto van a durar y que tampoco sabes muy bien a dónde te van a llevar.

Era de noche y estaban sentados alrededor de una hoguera. Conversaban mirando al cielo y señalaban una estrella que brillaba intensamente en el oriente. Sus voces eran templadas y su expresión serena. Sus rostros estaban marcados por los surcos de la experiencia, aunque sus ojos seguían brillando con la curiosidad e ilusión de los niños. Eran sabios, y eran buscadores. Eran reyes, pero sus zapatos estaban llenos del polvo del camino.

Aunque era semiconsciente de que estaba soñando con los Reyes Magos, me asombraba que el sueño también incluía detalles y elementos de mi propia vida y de algunas experiencias que otras personas me habían compartido. Era como si ese sueño alrededor de esta tradición cristiana y popular, en la que fui educado de niño, le estuviese sirviendo a mi inconsciente como metáfora, para ordenar experiencias y convertirlas en reflexiones y aprendizajes conscientes.

Era un tanto extraño que estos buscadores hubieran iniciado el viaje y perseverasen en él, no con un destino ni con una agenda concreta, sino simplemente debido a la llamada interna que sentían. Les impulsaba la confianza en que, detrás del símbolo de la estrella, había una promesa de algo realmente importante y valioso.

Más tarde, el recuerdo de esta parte del sueño me conectaría con mis primeros años de emprendimiento, cuando tuve tanta dificultad para encontrar un nombre o marca para mi nueva actividad. Recuerdo cuanta fuerza me transmitía lo de “Voy hacia una visión” (Go4aVision). Y también recuerdo la gran dificultad para poder explicar en qué consistía esa visión. La llamada era la promesa de algo que aún no se había desvelado; como la estrella de los sabios.

Es en este instante, escribiendo ahora estas reflexiones, cuando tomo consciencia de la similitud del primer logotipo de Go4aVision (en desuso desde hace varios años), con la tradicional imagen de la Estrella de Oriente.

 

Los sabios conversaban apasionada y amigablemente, pero no hablaban sobre el destino al que iban, ni tampoco era sobre las dificultades del camino o del viaje. Ellos simplemente compartían reflexiones, opiniones y esperanzas sobre la estrella.

Su atención no estaba en el destino, ni siquiera en el camino; su verdadero propósito era la búsqueda

 

Su ropa y su calzado eran cómodos. Su equipaje era escaso, pero práctico y variopinto. Poco de esto parecía proceder de sus tierras natales. Era evidente que ellos habían comenzado la búsqueda cuando sintieron la llamada. No esperaron a estar bien preparados. Se fueron equipando de lo que les faltaba a lo largo del camino.

Cuando desperté, me sentí un poco avergonzado recordando cuánta atención había puesto yo a mi calzado, a mis herramientas y a mis provisiones. Siempre he tenido una gran voracidad de aprendizaje y de especialización en multitud de herramientas para el desarrollo personal y profesional. A veces ha parecido que ese aprendizaje de herramientas era la esencia de mi búsqueda, y estaba equivocado. En ocasiones, me he ocupado demasiado por las provisiones y los aspectos operativos del viaje (estrategia, marketing, imagen de marca, …).

Para comenzar el viaje solo necesitamos caminar, casi todo lo demás lo podemos ir incorporando progresivamente.

 

Eran personas entradas en años, con la determinación y la calma propia de la edad. Era obvio que disponían de recursos materiales (a la vista de sus monturas y sus ayudantes) y, sin embargo, estaban embarcados personalmente en ese viaje tan poco confortable y no exento de riesgo. Una pregunta surgía al observarles: ¿por qué no habrán encargado a otros a esa búsqueda, mientras ellos permanecían en sus ciudades, enseñando y compartiendo su experiencia?

Antes de despertar sentí una desazón que solo supe explicar más tarde. La frase “Apoyar a los que Apoyan” siempre había sido un propósito personal mío (y lo sigue siendo). De hecho, fue el nombre que di a la asociación sin ánimo de lucro a la que me dediqué en los primeros años. Pero, repasando mi actividad profesional más reciente, observaba cuánto peso había cogido mi dedicación a formar a coaches, terapeutas, educadores y líderes de equipos humanos; en detrimento del tiempo que dedicaba a ser coach y agente de cambio. En ese momento caí en la cuenta de que estaba haciendo mi propia búsqueda desde la distancia, desde la seguridad y comodidad de mi casa, y que estaba intentando ayudar a otros a hacer un camino al que yo cada vez comprometía menos tiempo personal. Me estaba dedicando a calzar, dar mochilas y mapas a otros para sus viajes, en vez de ir con ellos en la búsqueda.

En aquel momento, hace un año, tomé el compromiso de cambiar las proporciones del tiempo que dedicaba a la formación y el tiempo que dedicaba al acompañamiento individual y de equipos. Ahora estoy comprometido con andar el camino y con la práctica constante de mi despacho, acompañando a otros en esos caminos nocturnos y polvorientos.

No se puede vivir demasiado tiempo de aprendizajes previos, es necesario seguir en la búsqueda y en el aprendizaje continuado.

 

Hoy resumo y comparto mis conclusiones sobre el sueño así:

El propósito está en la búsqueda, no en el destino. Por eso es importante iniciarla ya mismo; no necesitamos esperar a estar mejor equipados. Nos mantiene vivos y curiosos, pero es como un alimento perecedero; si no lo comemos fresco y con frecuencia, deja de ser nutritivo.

 

Tras las reflexiones inspiradas en los recuerdos de ese sueño, llego ahora al momento del agradecimiento. Porque esta búsqueda es fructífera solo gracias a las personas con las que comparto este viaje: vosotr@s. Gracias por las experiencias compartidas, por lo que me habéis enseñado y por lo que he aprendido acompañándoos en vuestras búsquedas.

Os deseo de corazón unas felices fiestas y un fructífero cambio de estación (hoy es solsticio de invierno) y, en breve, de año. Son unas fechas cargadas de enorme simbología, y preñadas de oportunidades: para resintonizar con nuestros propósitos, para reinterpretar los cambios a nuestro alrededor y para enfocar nuestras búsquedas en este nuevo año que está a punto de comenzar.

¡Feliz Navidad y próspero 2023!

0 Comentarios

Dejar una respuesta